Durante los últimos años, el frondoso y antes plano paisaje de la capital paraguaya ha visto cómo decenas de edificios emergen por lo alto.
Algunos son centros comerciales, otros de oficinas, pero la mayoría son propiedades residenciales que llevan nombres como Feel, Blue Tower, Pride y Eminent.
Y promueven un “estilo de vida” que Paraguay, un país históricamente aislado del mundo que en años recientes se abrió y creció como nunca, apenas conoce.
Paraguay, ahora gobernado por el colorado Horacio Cartes, goza de números macroeconómicos envidiables en la región: alto y constante crecimiento, bajo déficit fiscal y tipo de cambio estable; datos de un boom que en parte han sido producto de una de las mayores tasas de inversión extranjera en América Latina.
Los inversionistas en este nuevo “estilo de vida” son brasileños, argentinos y estadounidenses.
Pero economistas como Ramírez argumentan que, para un país sin acceso al mar, rodeado de enormes economías y con una historia de autoritarismo, violencia y crisis, la apertura a gran escala es inevitable y urgente.
“Por eso creo que Paraguay, pese a los desafíos en lo judicial, político y social, va a ser como Panamá”, concluye.
La ministra de Hacienda, Lea Giménez, destaca en conversación con BBC Mundo que uno de los logros del gobierno de Cartes es una Ley de Transparencia que “permite a los ciudadanos saber qué se hace con el presupuesto público”.
Asimismo, la ministra recalca que si bien Paraguay tiene una economía de alguna manera sometida a sus pares regionales, en este gobierno se logró mitigar esa dependencia.
“Mientras Argentina y Brasil estuvieron en recesión, nosotros mantuvimos el crecimiento”, afirma.
Inversión extranjera en un país de mercados negros
En todo caso, las pizzerías y parrillas argentinas, las marcas de ropa estadounidense y los ganaderos y sojeros brasileños se han multiplicado en Paraguay.
El país recibió US$274 millones de inversión extranjera directa en 2016, la última cifra disponible según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Fue un aumento del 5% de la inversión con respecto a 2015, una tendencia que solo se repitió en Brasil y Colombia, mientras que en el resto de la región decayó.
Para finales de 2016 el Banco Central paraguayo reportaba una presencia de 287 empresas internacionales, de las cuales 77 son brasileñas, 29 estadounidenses, 23 argentinas y 23 españolas.
La mayoría de esas inversiones en Paraguay, reporta la CEPAL, están destinadas a servicios financieros, seguido de comercio, hoteles y restaurantes.
Fuente: www.elcomercio.pe