Las oficinas en los mercados de las principales ciudades del mundo y los activos alternativos impulsarán la inversión inmobiliaria mundial en 2020, según la consultora inmobiliaria internacional Savills.
«Dadas las escasas oportunidades y rentabilidades, situadas en mínimos históricos, muchos inversores buscan oportunidades en activos alternativos, como residencial en alquiler, ‘coliving’, residencias de estudiantes y activos socio-sanitarios, que serán cada vez más habituales en la inversión inmobiliaria», ha destacado la consultora.
En la última actualización de su informe, Savills indica su selección de tipología de activos en los principales mercados inmobiliarios y segmentos para distintos perfiles de riesgo tanto en Estados Unidos como en EMEA y APAC en 2020.
En Europa, el informe apunta de nuevo al mercado inmobiliario de oficinas para perfiles de riesgo moderados en los distritos financieros y en áreas bien comunicadas de las principales ciudades, incluidas Madrid y Barcelona, y señala que las correcciones de precios en activos retail están generando oportunidades ‘value add’ a través de renovación o reposicionamiento.
Además, la consultora internacional apunta a activos de uso mixto y oficinas de riesgo ‘core plus’ de Charlotte y Tampa (Estados Unidos), oficinas ‘core’ en Dubái y Riad, riesgo oportunista en ‘coliving’ y residencias de estudiantes en India y activos hoteleros en destinos turísticos de Italia, Portugal y Grecia.
«Nuestras previsiones se fijan en un panorama económico global débil y con gran incertidumbre política, aunque el FMI prevé un modesto repunte del crecimiento mundial hasta el 3,4% en 2020, frente al 3% de 2019. Los volúmenes del comercio mundial se estabilizarán en 2020, pero el entorno sigue siendo frágil, lo que repercutirá en el comportamiento de los inversores», ha declarado el director asociado en Savills World Research, Paul Tostevin.
Con esto, los cinco puntos clave para la inversión inmobiliaria global en 2020 se concentrarán en el acceso al producto, en especial oficinas, el cambio de los nichos de mercado a tendencias, la búsqueda de retorno distribuible, la vigilancia del entorno macroeconómico por las disputas comerciales, posturas populistas y el riesgo climático y la aceptación de que no existe un único ciclo.
Fuente: IE